-Veo que has
encontrado mi nuez. Devuélvemela - dijo una voz a su espalda.
María se volvió
en redondo y fue a encontrarse frente a un ser diminuto, flaco, vestido con
jubón carmesí y un puntiagudo gorro. Podría haber sido un niño por el tamaño,
pero por la astucia de su rostro comprendió la niña que se trataba de un
duendecillo.
-Vamos,
devuelve la nuez a su dueño, el Duende de la Floresta - insistió, inclinándose
con burla.
-Te la
devolveré si sabes cuántos pliegues tiene en la corteza. De lo contrario me la
quedaré, la venderé y podré comprar ropas para los niños pobres, porque el
invierno es muy crudo.
-Déjame pensar...,
¡tiene mil ciento y un pliegues!
María los
contó. ¡El duendecillo no se había equivocado! Con lágrimas en los ojos, le
alargó la nuez.
-Guárdala - le
dijo entonces el duende-: tu generosidad me ha conmovido. Cuando necesites
algo, pídeselo a la nuez de oro.
Sin más, el
duendecillo desapareció.
Misteriosamente,
la nuez de oro procuraba ropas y alimentos para todos los pobres de la comarca.
Y como María nunca se separaba de ella, en adelante la llamaron con el
encantador nombre de “Nuez de Oro”.
Preguntas:
1.- De la lectura del relato
se concluye que María es
a) honesta y generosa.
b) triste y desconfiada.
c)
temerosa y amargada.
2.- El
duende entrega la nuez a María porque
a) ella lo ha vencido en una
prueba.
b)
comprobó que la niña cumpliría su promesa.
c) tenía
muchas y no esa ya no le interesaba.
3.- Se concluye que la nuez
de oro, para el pueblo significó
a) grandes
aventuras.
b) muchos
beneficios.
c) cumplir
todos los caprichos.
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